
Disposiciones de la corte electoral para el plebiscito del 10 de agosto
Bolivia: bajan el número de votos necesario para retener los cargos
Para ser ratificados en el referéndum los funcionarios deberán sacar un 50% más 1.
Por: Pablo Stefanoni
LA PAZ. ESPECIAL 2/08/2008. Si hasta ayer los bolivianos se preguntaban si votarán o no el próximo 10 de agosto -fecha prevista para el referéndum revocatorio- ahora suman una nueva duda: cómo se van a contar los votos para determinar si el presidente, el vice y los prefectos (gobernadores) son revocados o se quedan en sus cargos.
A sólo ocho días de la elección, la Corte Nacional Electoral cambió las reglas de juego y, aunque el objetivo fue "salvar" la consulta, introdujo aún más incertidumbre. La justificación fue que se trata de un "criterio de aplicación" de la ley aprobada por el Congreso, pero a ciencia cierta se trata de un cambio de fondo.
El proyecto presentado por Evo Morales y aprobado en mayo pasado por el Senado establece una cuestionada fórmula: los funcionarios serán revocados si el No a su gestión supera la votación obtenida en diciembre de 2005. Traducción: para echar a Evo se necesita superar el 53,7% con el que llegó al Palacio Quemado.
Pero los prefectos pueden ser revocados por una minoría ya que fueron elegidos con porcentajes de entre 38 y 48%. El caso extremo es el del paceño José Luis Paredes quien podría ser echado con el 38% más uno de los votos, porcentaje con el que llegó a la gobernación de La Paz .Ahora los magistrados establecieron que mientras los guarismos para revocar a Evo Morales no varían, los prefectos sólo se irán a sus casas si por lo menos el 50% más uno del electorado vota en su contra.
Pero ni el oficialismo ni la oposición quedaron conformes y llovieron los cuestionamientos."Lo tomamos como una sugerencia pero hay una ley que sigue vigente", reaccionó el vicepresidente boliviano y presidente del Congreso Álvaro García Linera. " La Corte Electoral está jugando, está haciendo juegos de números y porcentajes", afirmó el prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien se niega a someter su mandato a las urnas.
Pero con el Tribunal Constitucional sin quórum después de la renuncia de la mayoría de sus miembros no existe un verdadero árbitro. Y hoy la única jueza que queda, Silvia Salame, trata de frenar el referéndum en soledad.
En teoría, el revocatorio debería proveer una salida a la crisis política-institucional que vive Bolivia, mediante un voto popular que premie o castigue al proyecto nacionalista-indigenista de Morales y las aspiraciones autonomistas encarnadas por el oriente y sur bolivianos liderados por Santa Cruz, bastión de la derecha. Pero la supuesta solución se volvió parte del problema, en una nueva comedia de enredos.
A falta de encuestas serias, la mezcla de intuiciones y mediciones disponibles dicen que Evo Morales obtendrá más del 50%, mientras que el prefecto de Santa Cruz -su principal rival- podría llegar al 60%. Lo que es claro es que el apoyo al mandatario indígena crece en el campo y cae en las grandes ciudades.
Con todo, en el Palacio Quemado imaginan un triunfo 60 a 40, y con esa baza en la mano impulsar un próximo referéndum constitucional que permita aprobar la nueva Carta Magna que habilita la reelección presidencial. Pero el revocatorio avanza sobre un campo minado. La duda es si alguna nueva mina explotará antes del 10 de agosto. O después, generando una nueva guerra sobre la interpretación de los resultados.
Fuente: www.clarin.com
Bolivia: bajan el número de votos necesario para retener los cargos
Para ser ratificados en el referéndum los funcionarios deberán sacar un 50% más 1.
Por: Pablo Stefanoni
LA PAZ. ESPECIAL 2/08/2008. Si hasta ayer los bolivianos se preguntaban si votarán o no el próximo 10 de agosto -fecha prevista para el referéndum revocatorio- ahora suman una nueva duda: cómo se van a contar los votos para determinar si el presidente, el vice y los prefectos (gobernadores) son revocados o se quedan en sus cargos.
A sólo ocho días de la elección, la Corte Nacional Electoral cambió las reglas de juego y, aunque el objetivo fue "salvar" la consulta, introdujo aún más incertidumbre. La justificación fue que se trata de un "criterio de aplicación" de la ley aprobada por el Congreso, pero a ciencia cierta se trata de un cambio de fondo.
El proyecto presentado por Evo Morales y aprobado en mayo pasado por el Senado establece una cuestionada fórmula: los funcionarios serán revocados si el No a su gestión supera la votación obtenida en diciembre de 2005. Traducción: para echar a Evo se necesita superar el 53,7% con el que llegó al Palacio Quemado.
Pero los prefectos pueden ser revocados por una minoría ya que fueron elegidos con porcentajes de entre 38 y 48%. El caso extremo es el del paceño José Luis Paredes quien podría ser echado con el 38% más uno de los votos, porcentaje con el que llegó a la gobernación de La Paz .Ahora los magistrados establecieron que mientras los guarismos para revocar a Evo Morales no varían, los prefectos sólo se irán a sus casas si por lo menos el 50% más uno del electorado vota en su contra.
Pero ni el oficialismo ni la oposición quedaron conformes y llovieron los cuestionamientos."Lo tomamos como una sugerencia pero hay una ley que sigue vigente", reaccionó el vicepresidente boliviano y presidente del Congreso Álvaro García Linera. " La Corte Electoral está jugando, está haciendo juegos de números y porcentajes", afirmó el prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien se niega a someter su mandato a las urnas.
Pero con el Tribunal Constitucional sin quórum después de la renuncia de la mayoría de sus miembros no existe un verdadero árbitro. Y hoy la única jueza que queda, Silvia Salame, trata de frenar el referéndum en soledad.
En teoría, el revocatorio debería proveer una salida a la crisis política-institucional que vive Bolivia, mediante un voto popular que premie o castigue al proyecto nacionalista-indigenista de Morales y las aspiraciones autonomistas encarnadas por el oriente y sur bolivianos liderados por Santa Cruz, bastión de la derecha. Pero la supuesta solución se volvió parte del problema, en una nueva comedia de enredos.
A falta de encuestas serias, la mezcla de intuiciones y mediciones disponibles dicen que Evo Morales obtendrá más del 50%, mientras que el prefecto de Santa Cruz -su principal rival- podría llegar al 60%. Lo que es claro es que el apoyo al mandatario indígena crece en el campo y cae en las grandes ciudades.
Con todo, en el Palacio Quemado imaginan un triunfo 60 a 40, y con esa baza en la mano impulsar un próximo referéndum constitucional que permita aprobar la nueva Carta Magna que habilita la reelección presidencial. Pero el revocatorio avanza sobre un campo minado. La duda es si alguna nueva mina explotará antes del 10 de agosto. O después, generando una nueva guerra sobre la interpretación de los resultados.
Fuente: www.clarin.com
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