viernes, 2 de noviembre de 2007

Participación Ciudadana - Presupuesto Participativo


Resumen de algunas exposiciones del Seminario Internacional: "Participación Ciudadana en Políticas Públicas", celebrado en la ciudad de Santiago de Chile, el 18 y 19 de octubre de 2007.



Participación Ciudadana en América Latina

Por Nuria Cunill Grau
Doctora en Cs Sociales Asesora Especial del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo y Directora de la Revista Reforma y Democracia (CLAD).


1. El ámbito nacional no comparte la variedad y riqueza de experiencias de participación ciudadana que exhibe el ámbito local. Aunque en contextos socio políticos muy distintos, los hitos fundamentales se han desarrollado en torno a reformas constitucionales, que modifican algunas de las reglas del juego entre el Estado y la sociedad. Pocos, sin embargo, han incidido en la democratización de las administraciones públicas.

2. Aun a pesar de las especificidades propias de cada país, el padrón “mercado- céntrico” que ha tendido a prevalecer en los procesos de reforma del Estados y de la administración pública, ha creado varias tensiones en la práctica de la participación ciudadana en América Latina. Ellas comprometen su capacidad para modificar las asimetrías en la representación dentro de los procesos de formación de las políticas y decisiones públicas y, por ende, para aumentar su justicia y equidad.

3. Una de las tensiones es relativa al carácter de la participación ciudadana: política o administrativa. El padrón mercado- céntrico despolitiza abiertamente la participación, aun invocándola como autogestión social o como soberanía del consumidor. Parte importante de las experiencias más emblemáticas de participación ciudadana están impregnadas de esa lógica e incluso, a veces, constituyen estrategias para privatizar ámbitos de la gestión pública.

4. Otra tensión interpela de manera directa la noción de ciudadanía. No se trata, simplemente, de la ya clásica distinción entre cliente-ciudadano, sino de traducciones prácticas de la participación que devienen en el recorte y fragmentación de la ciudadanía, en vez de apelar a su fortalecimiento, a su vez, bajo un enfoque plural. Algunas de las nuevas teorías de la gobernanza refuerzan esta tensión, a partir de un énfasis apolítico en la mejora del proceso de gobierno.

5. Además de estas tensiones que dan cuenta de una disputa política alrededor de la participación ciudadana, ella está enfrentada a una serie de nudos problemáticos en lo que concierne a su relación con el Estado.

6. Uno de los asuntos que se ha revelado especialmente crítico en la experiencia latinoamericana concierne a las consecuencias de la participación ciudadana, habida cuenta de que parte de la desafección a ella está asociada a su utilización como mera compensación simbólica. En este sentido más que la creación de órganos de participación ciudadana, la estructura de oportunidades políticas remite a la consagración, como derechos, de recursos de poder al servicio de la participación ciudadana, que incrementen la posibilidad de que la sociedad ejerza una efectiva función de critica y control sobre el Estado.

7. La institución del poder de la denuncia y de las acciones judiciales constituyen recursos indirectos de la participación ciudadana, que interpelan a la institucionalidad judicial y contralora. La estructura institucional para la rendición de cuentas que se está desarrollando en América Latina, según lo sugieren algunas experiencias, puede contribuir a tales propósitos.

8. Sin embargo, es en la institución de poderes directos donde parecieran estribar las mayores virtualidades. De hecho, los poderes de certificación, asignación, veto, deliberación y de escrutinio público (transparencia) ganan terreno en América Latina, aunque mostrando que su constitución como poderes efectivos de la ciudadanía requiere de transformaciones profundas en la institucionalidad pública estatal.

9. Otro nudo problemático concierne al grado de institucionalización formal de la participación ciudadana. Hay en este sentido avances notables en América Latina. Pero, un dilema que permanece pendiente es cuánta institucionalización es necesaria de manera de que las contingencias políticas no tornen vulnerable a la participación ciudadana y, a la vez, no resulte lesionada la autonomía y la dinámica social. La cuestión de la autonomía de la sociedad, de hecho, permanece como uno de los asuntos más críticos cuando la participación ciudadana es convocada desde el Estado.

10. En cualquier caso, hay fuerzas de cambio que abren oportunidades a la recuperación de lo público como un horizonte normativo común al Estado y a la sociedad. Se trata, sin embargo, de un espacio en permanente construcción, en tanto cruzado por las tensiones intrínsecas a la relación Estado- sociedad.


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Presupuesto Participativo –Experiencias de Porto Alegre y del Estado de Río Grande del Sur

Por: Ubiratan de Souza. Economista Brasileño.


Existen principios y enseñanzas universales en la experiencia del PP, que son válidos para cualquier esfera de gobierno o lugar donde se aplica esta forma de democracia participativa.

El Presupuesto Participativo - PP - es un proceso de democracia directa, voluntaria y universal, donde la población puede discutir y decidir sobre el presupuesto público y las políticas públicas. El ciudadano no termina su participación en el acto de votar en la elección del ejecutivo y del parlamento, va mucho más allá, decidiendo y controlando la gestión pública. El ciudadano deja de ser un simple coadjuvante de la política tradicional, donde participa sólo votando de cuatro en cuatro años, para ser protagonista permanente de la gestión pública.

El Presupuesto Participativo – PP, combina la democracia directa con la democracia representativa, que es una de las mayores conquistas de la humanidad y que debe ser preservada y calificada. La democracia representativa es necesaria, pero insuficiente en el proceso de profundización de la democracia de la sociedad humana. Más que nunca es preciso combinarla con las más variadas formas de democracia directa, donde el ciudadano pueda no solo participar de la gestión pública, sino también controlar el Estado. El PP de Porto Alegre y el proceso de implantación del PP en Rio Grande do Sul son ejemplos concretos de democracia directa.

En el PP existe otra relación de la sociedad con el Estado. Despues de la caída del Muro de Berlín, se hizo evidente que cayó para los dos lados, tanto para el oriente como para el occidente. Hay una crisis de legitimidad política y fiscal del Estado contemporáneo. El Estado liberal burgués en su estado actual neoliberal, agravó el proceso de exclusión social y la concentración de los asentamientos humanos en los centros urbanos, evidenciando el fracaso de las llamadas políticas compensatorias para la solución de los problemas de la sociedad capitalista.

La lucha contra la exclusión social exige políticas públicas que modifiquen la distribución de la renta y del poder en las ciudades y en los países, concretando formas de participación directa de la población en las gestiones públicas. Por eso, el PP es tan reconocido nacional e internacionalmente, porque responde a los desafíos de la modernidad y sobretodo, a la crisis de legitimidad del Estado contemporáneo.

Nuestra experiencia del PP, también, apunta el camino para la superación, de manera contemporánea, de la crisis del socialismo burocrático, respondiendo de manera creativa y original a la principal cuestión política de decadencia y de derrumbamiento del Este Europeo, o sea, la relación autocrática del estado con la sociedad.


Principios Universales de la experiencia del Presupuesto Participativo


1°) En el proceso del PP, el ciudadano participa directamente en las decisiones y en el control del presupuesto público y no por representaciones indirectas a través de entidades.

Por tanto la participación de la población se ejerce de manera directa, libre, universal y con carácter deliberativo en las asambleas públicas del PP. Este principio es el que hace la diferencia del proceso deliberativo y de construcción de la ciudadanía del PP con otras formas tradicionales de consulta popular.

Todo ciudadano, independiente de su organización partidaria, asociativa y credo religioso tiene asegurada su participación en el proceso. Esto significa que nadie tiene privilegio en el proceso de democracia directa y ni lugar asegurado en las formas de representación delegada: delegados y consejeros del PP. Este principio universal fue el que aseguró en la experiencia de 16 años del PP en Porto Alegre y 4 años en el Estado de Rio Grande do Sul, que el proceso no fuese partidarizado, ni dominado por corporaciones, permitiendo que la voluntad de la sociedad si expresase de manera plural y universal.

Esta forma de participación universal permitió que ciudadanos que no tenían ninguna vinculación a cualquier tipo de organización fuesen estimulados a participar de las asambleas llevando sus reivindicaciones. La vivencia colectiva en el PP ha llevado a estos ciudadanos a buscar otras formas de organización en su comunidad reforzando, por tanto, el proceso de organización popular. Por otro lado aquéllos ya organizados en entidades, asociaciones o movimientos populares pueden movilizar su base social para la participación universal en el PP, buscando la atención a sus prioridades y fortaleciendo con eso, aún más, su organización. En verdad quien pierde con la participación universal son los pseudoliderazgos y las organizaciones fantasmas, que dicen representar millares de personas y, sin embargo, no movilizan ni su propia dirección para pautar prioridades y elegir delegados.

2°) Otro principio fundamental en el proceso del PP es la discusión de todo el presupuesto y de las políticas públicas.

La población no puede ser subestimada en su capacidad de gestión, separándose apenas una parte del presupuesto para la discusión y deliberación. Es necesario abrir todo el presupuesto, los gastos de personal, deuda pública, servicios esenciales, inversiones, actividades finales, proyectos de desarrollo, así como los recursos extra-presupuestarios disponibles para financiación a través del Banco del Estado.

De esta manera la población va al poco tiempo apropiándose de los gastos y de las políticas públicas, creando condiciones para su participación efectiva en la totalidad de la gestión pública.

En ese sentido el Gobierno debe poner a disposición para la población todos los datos al respeto del gasto y del ingreso, bien como dar a conocer conceptos técnicos, garantizando de ese modo que la población tenga las reales condiciones para analizar, deliberar y controlar el presupuesto público. Por ejemplo, en la experiencia de Porto Alegre, el proceso del PP creó mecanismos concretos de control sobre la nómina, a través de la creación de una comisión tripartita (gobierno, consejo del PP y sindicato de los servidores municipales) que pasó a discutir y decidir sobre la creación de nuevos cargos públicos, haciendo un control interno y externo sobre el aumento de personal.

También se desarrolló la conciencia de que inversiones en las áreas sociales como educación y salud llevan a nuevos gastos (personal y servicios), que necesitan ser acompañados del aumento del ingreso público con justicia fiscal

3°) Auto-reglamentación del proceso del Presupuesto Participativo - realizado por los propios participantes.

Voluntad política y autonomía. El presupuesto público está previsto en las Constituciones Federal (Art. 165,III) y Estatal - Rs(Art.149, III) y en las leyes orgánicas municipales como una ley de iniciativa del ejecutivo.
También, la Constitución Federal prevé la participación popular en su artículo 1º, párrafo único, dice – “Todo poder emana del pueblo, que lo ejerce por medio de representantes o directamente, en los terminos de esta Constitución”. Además, la Constitución Federal, garantiza el derecho de libre reunión de la población que está previsto en el artículo 5º, inciso XVI e inciso XXXIV el “derecho de petición a los Poderes Públicos” del pueblo brasileño. Por otro lado, la nueva Ley de Responsabilidad Fiscal (maio/2000), en el párrafo único del art. 48 dice: “La transparencia será asegurada mediante incentivo a la participación popular y realización de audiencias públicas, durante los procesos de elaboración y discusión de los planes, ley de directrices presupuestarias y presupuestos”.

De esa forma, el gobernante electo adquiere el derecho de elaborar la propuesta presupuestaria con participación de la población, para después mandarla al Poder Legislativo, que la transforma en ley. Este proceso de democracia directa tiene el mérito, pues, de no excluir, sino de valorar la democracia representativa. El parlamento continúa con todas sus prerrogativas constitucionales, analizando y votando el proyecto de ley presupuestaria.

Por tanto, para hacer realidad el PP no se necesita de ninguna ley específica, basta la voluntad política de los gobernantes electos por la democracia representativa y por otro lado, la organización y la movilización de la población con autonomía exigiendo la efectiva participación y decisión en la elaboración del presupuesto público y de las política públicas.El proceso del PP, aunque no necesita de una ley especial, debe tener un reglamento: con criterios objetivos de distribución de recursos entre las regiones y/o municipios, metodología de planificación para la elección de las temas, programas y demandas prioritarios, forma y proporcionalidad en la representación de delegados y consejeros en las etapas del proceso del PP. Pero este reglamento debe ser elaborado de manera autónoma por la comunidad, por los propios participantes, estableciendo un contrato social entre el gobierno y la sociedad.

El PP no es una obra acabada, perfecta e indiscutible. Ni podría ser, pues la evocación de la perfección sería expresión de autoritarismo y negación del proceso dialéctico, de constante mutación y superación de lo nuevo sobre lo viejo, que caracteriza los procesos sociales. Es con esta comprensión que, todos los años, el gobierno y la sociedad deben realizar una evaluación crítica del reglamento y del proceso del PP; y el consejo del PP, de manera autónoma (auto-reglamentada), sin la tutela del ejecutivo y legislativo, discute y decide los cambios para modernización. El principio de la auto-reglamentación aplicado en el PP de Porto Alegre y en el PP del Estado de Rio Grande do Sul, ha proporcionado una constante modernización de los mecanismos democráticos y de planificación participativo.

4°) El principio de la Prestación de Cuentas del Gobierno sobre todo lo que fue decidido en el proceso del Presupuesto Participativo y el Plan de Inversiones y Servicios.

Para que el PP sea un proceso efectivo y serio de participación popular y no meramente consultivo, es necesario que las decisiones tomadas por la población y gobierno sean documentadas y publicadas para conocimiento de toda la sociedad. En la experiencia de Rio Grande do Sul este documento se consubstancia en el Plan de Inversiones y Servicios. Esto posibilitará que la población haga el seguimiento y fiscalización de la ejecución de las obras y servicios aprobados. Además, el gobierno debe presentar cuentas anualmente, posibilitando un control social efectivo sobre la gestión del Estado.

5°) La solidaridad en la gestación de la conciencia ciudadana, en la planificación participativa y en el preservación del derecho de las minorías.

La participación directa del ciudadano en la definición de las prioridades, en la elaboración del presupuesto, del plan de inversiones y servicios, y de la gestión pública permeados y articulados por la solidaridad, ha posibilitado la construcción de una planificación efectivamente participativa. De esta manera, el proceso PP da la oportunidad de crear una conciencia ciudadana libertaria. Esta conciencia no es fruto de un procedimiento premeditado y dogmático, conducido por una elite de manera directa o a través del medios de comunicación, sino originaria del descubrimiento de la fuerza de la praxis colectiva, de los ciudadanos comunes, donde la solidaridad es el hilo conductor a través de lo cual la conciencia social es parida por cada ciudadano a su tiempo.

Esta conciencia nacida despierta en las personas sus derechos de ciudadano, el derecho a la educación, salud, la mejoría en la calidad de vida y a otros derechos que no están en la órbita del presupuesto público, pero que dependen de luchas generales de la población por transformaciones estructurales en la economía y en la sociedad. También esta conciencia ciudadana, ha llevado solidariamente a las mayorías, el reconocimiento de los derechos de las minorías dentro del proceso del PP. Otro hecho importante con repercusiones psicosociales es el reconocimiento público del ciudadano por su comunidad dentro del proceso del PP, que tiene como consecuencia la elevación de su autoestima.


6°) Presupuesto participativo y la democratización de las relaciones sociales.

A lo largo de la historia hemos visto que la burocracia no se desarrolla solo dentro del Estado, tambien en los movimientos y organizaciones de la sociedad y partidos políticos. Por eso, las relaciones entre las direcciones de las entidades y sus bases, también carecen de un proceso de gestión participativa.

La experiencia del PP tiene un papel estratégico en la democratización de las relaciones sociales, con validez no solo dentro del Estado, sino también, fuera de él, en la busqueda constante de la democratización participativa de las entidades, de los sindicatos, de los movimientos e instituciones de base de la sociedad, bien como de los partidos políticos.

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