La ONU declaró que el acceso Internet de ahora en más será considerado un derecho humano. Basa su declaración en que esta red informática es hoy una herramienta fundamental para sostener la libertad de expresión.
Fernando Arredondo
Diario UNO
La ONU declaró que el acceso Internet de ahora en más será considerado un derecho humano. Basa su declaración en que esta red informática es hoy una herramienta fundamental para sostener la libertad de expresión. Los hechos acontecidos los últimos meses sin duda han servido para consolidar esta idea: las revueltas en los países norafricanos, los reclamos en Europa, entre otras situaciones, han encontrado en Internet un espacio a través del cual se dieron a conocer a otros puntos del planeta, logrando una solidaridad con los fines trazados.
Se subrayó que será considerada una falta contra ese derecho cualquier tipo de entorpecimiento, bloqueo o filtro para que los ciudadanos accedan a la red. Este punto sirve para poner frenos a acciones restrictivas a la libertad de expresión como las que se han ejercido en Túnez o Egipto durante las rebeliones recientes, donde los gobiernos cuestionados clausuraban Internet como modo de preservarse ante los avances populares, impidiendo la comunicación entre los sublevados. También esto sirve para poner en evidencia lo que sucede en China, donde el gobierno no permite que su población pueda acceder a servicios difundidos ampliamente en el resto del mundo, como el caso de la red social Facebook.
Al mismo tiempo que la ONU realiza esta declaración, un ejemplo cabal del rol determinante de las nuevas tecnologías para la consolidación de una nueva ciudadanía se está desarrollando en Islandia, la pequeña nación isleña del Atlántico Norte que se recupera de la monumental crisis que le produjo la debacle global de 2008. Luego de la caída del gobierno, las corridas bancarias y los corralitos, se dio inicio a cambios que incluyen una reforma constitucional, pendiente desde 1944, cuando este país se independizó de Dinamarca. La particularidad de la Carta Magna en construcción es que será la primera en elaborarse con la colaboración de los ciudadanos mediante las posibilidades que brinda la web 2.0.
Los islandeses pueden intervenir en el trabajo constitucional mediante Facebook, Twitter, YouTube y hasta Flickr. Las sesiones de la Asamblea Constituyente se transmiten en vivo por la red, lo que facilita tanto la participación como el control de los constituyentes.
Internet puede ser bastante más que una kermesse digital donde exhibir banalidades y egos. Hay ejemplos en el mundo de que las cosas pueden ser de distinta
Fuente: www.unoentrerios.com.ar
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