Costa Rica, primer país de América Latina que prohíbe la caza deportiva
Los restos de un armadillo, una guatusa y un manigordo fueron hallados por policías y guardabosques de Costa Rica el pasado domingo en un rancho en el que un costarricense y dos nicaragüenses, dedicados a la caza silvestre, se escondían en una zona del norte de este país, cerca de Nicaragua. Los hombres fueron detenidos, pero se salvaron por un día de una severa condena, porque la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó al día siguiente una histórica ley que prohíbe la cacería deportiva y autoriza solo la caza de subsistencia o con fines científicos y de control de especies.
Eludiendo la hostilidad del comercio local de armas y municiones y de reclutadores de turistas interesados en la cacería recreativa clandestina, la aprobación legislativa ha convertido a Costa Rica en el primer país de América Latina en prohibir la caza deportiva.
La Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (Apreflofas), organización no estatal costarricense que impulsó la ley, informó a EL PAÍS de que la Ley de Conservación de Vida Silvestre impone multas de hasta 3.000 dólares y prisión de hasta cuatro meses a los culpables de cacería deportiva. “Sí a la vida”, proclamó.
“Se
prohíbe que los animales sean mascotas en circos y sean alimentados con comida
chatarra”, dijo el costarricense Arturo Carballo, subdirector de Apreflofas,
consultado por EL PAÍS. No hay datos de cuánto dinero genera la caza en el
país, pero “hay cacería clandestina por la que cobran hasta 5.000 dólares a
turistas extranjeros. Por eso hay muchas armerías en el país que venden armas a
más de 3.000 dólares”, afirmó Carballo. Cazadores extranjeros llegan a Costa
Rica en busca de felinos exóticos y de otras especies raras. “Esperamos que en
menos de un mes sea promulgada” la ley por la presidenta de Costa Rica, Laura
Chinchilla, y entre en vigor, añadió.
Con una población de 4,5 millones de habitantes, Costa Rica es uno de lo países con mayor biodiversidad del mundo. El 25% del territorio del país centroamericano está protegido por reservas y parques naturales. Chinchilla anunció que sancionará la ley, que castiga la tenencia y el comercio de especies silvestres (flora y fauna). Como vieja costumbre, miles de hogares costarricenses tienen loros, pericos, ardillas, monos y otras variedades de animales como mascotas, una práctica que será prohibida.
“Los
costarricenses nos tenemos que sentir muy contentos de que se lanza un mensaje
atrevido al mundo prohibiendo la caza deportiva, que se manifiesta en contra de
la fauna silvestre. Es un paso muy grande e importante”, afirmó el biólogo
costarricense Freddy Pacheco, excatedrático jubilado de la Escuela de Ciencias
Biológicas de la estatal Universidad Nacional de Costa Rica. Entrevistado por
EL PAÍS, Pacheco explicó que “aunque algunos van a catalogar como exagerada
esta propuesta de Costa Rica, lo cierto es que estamos muy contentos y es hora
de que la flora y la fauna silvestre sean valoradas y no utilizadas como
mecanismo para hacer dinero. La fauna silvestre merece todo respeto y
protección de la humanidad”.
Pacheco advirtió, sin embargo, que “ahora viene el gran problema: evitar la caza ilegal y clandestina, que en Costa Rica es la gran mayoría. Aunque podemos regular con facilidad la caza dentro de las áreas silvestres, que son el 25% del territorio protegido del país (reservas y parques naturales), la clandestina es un reto. Pero todas las grandes iniciativas comienzan con retos y poco a poco la gente se irá acostumbrando a evitarlo”.
La ley tiene la particularidad de que es la primera aprobada en la historia de Costa Rica mediante un proyecto sometido a debate del Parlamento por iniciativa popular, y no por ninguno de los distintos poderes estatales al amparo de los legisladores.
“No
podemos eliminar del todo la caza ilegal, como tampoco se puede eliminar el
consumo de drogas ilegales. Pero luchamos contra eso”, agregó Pacheco, al
admitir que pueden registrarse hechos aislados, como el de los tres detenidos
con restos de animales silvestres en el norte del país y expuestos a una ley
previa menos severa.
“Eso
no lo podemos evitar, pero el mensaje, la disposición de los costarricenses en
su gran mayoría a favor de la fauna silvestre, debe honrar a Costa Rica a nivel
mundial y ser un ejemplo de lo que se debe hacer para darle mayor importancia a
la fauna silvestre, que no tiene quien la defienda”, sentenció.
Fuente: El País
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