Cumbre Iberoamericana sobre Agendas Locales de Género
Córdoba – Argentina, 3,4 y 5 de noviembre de 2011.
La Cumbre Iberoamericana sobre Agendas Locales de Género está concebida como un foro a partir del cual promover la construcción de nuevos modelos de ciudad, desde una visión de justicia y equidad de género como premisa para el desarrollo local.
El objeto es generar un espacio para el diálogo, reflexión, debate e intercambio de conocimientos y experiencias entre autoridades locales, técnicos/as, funcionarios/as municipales, comunicadores/as, investigadores/as y responsables de los mecanismos de género y de agencias de cooperación de Iberoamérica, a fin de fomentar la incorporación del enfoque de género en las agendas públicas locales mediante la concienciación social y el compromiso político para con la equidad.
El fin último de la Cumbre Iberoamericana se dirige a propiciar modelos de gestión, potencialmente transferibles, a partir del fortalecimiento de la capacidad de diálogo, negociación y concertación entre los gobiernos locales y la sociedad civil para la formulación de agendas públicas locales sensibles a la equidad de género.
Organizan:
Secretaría de Inclusión Social y Equidad de Género del Gobierno de la Provincia de Córdoba
Unión Iberoamericana de Municipalistas
Universidad Internacional Menéndez Pelayo
Borrador de Declaración sometida a debate hasta el 15 de octubre de 2011.
DECLARACIÓN DE CÓRDOBA
AGENDAS LOCALES DE GÉNERO: CONSTRUYENDO MODELOS PARA LA IGUALDAD
(BORRADOR)
Las mujeres y hombres municipalistas, en el marco de la Cumbre Iberoamericana Agendas Locales de Género: Construyendo modelos para la igualdad, celebrada en Córdoba, Argentina, los días 3, 4 y 5 de noviembre de 2011
CONSIDERANDO:
1. Que según el Índice de Equidad de Género (IEG) (Social Watch: 2005), y aún cuando la situación ha mejorado en la última década, en ningún país las mujeres disfrutan de las mismas oportunidades que los varones.
2. Que la discriminación y la pobreza femenina vulnera el libre acceso y ejercicio de sus derechos humanos, económicos, políticos, sociales y civiles, e incluso sus derechos sexuales y reproductivos. Y junto a ello, las mujeres sufren de múltiple discriminación según su raza, etnia, cultura, clase, orientación sexual y edad.
3. Que la erradicación de la pobreza no está siendo afrontada desde un análisis de género, en tanto la feminización de la pobreza supone la cronicidad de este flagelo para 840 millones de mujeres en todo el mundo.
4. Que la salud y la educación siguen siendo derechos limitados para millones de mujeres, en tanto el acceso tiende a reproducir los roles estereotipados de género relacionados a su papel reproductor y maternal, repercutiendo negativamente en su posición social y vital.
5. Que si bien se ha registrado un gradual incremento de la inserción femenina en el mercado laboral, las mujeres sufren una grave discriminación respecto a los derechos laborales. La segregación laboral según el sexo determina discriminaciones salariales, jornadas laborales extendidas, mayores tasas de desempleo, sobre-representación en la economía informal, inestabilidad, inseguridad y precariedad laboral.
6. Que el trabajo realizado por la mayoría de las mujeres al interior de la esfera privada es generalmente no remunerado y socialmente no reconocido, reafirmado así la invisibilidad de su contribución a los valores de producción económica nacional. Junto a ello, la responsabilidad casi exclusiva por parte de las mujeres sobre las labores domésticas condiciona su inserción laboral y provoca por otro lado el ejercicio de dobles o triples jornadas de trabajo.
7. Que los patrones culturales patriarcales han determinado la división sexual del trabajo, extendiendo entre las mujeres el rol destinado a la reproducción, el cuidado y la protección de las personas dependientes, lo que ha definido el confinamiento de éstas al ámbito doméstico, y en consecuencia, su exclusión del ámbito público.
8. Que la participación ciudadana de las mujeres es mayoritariamente social y excepcionalmente política, con inexistente o escaso poder en los espacios de toma de decisiones. La sub-representación femenina en el plano político contribuye a que la comprensión de las problemáticas y la definición de las políticas públicas continúe siendo vistas desde una
perspectiva androcentrista, dando lugar a la persistencia de la invisibilidad de las necesidades específicas de las mujeres.
9. Que la violencia de género contra niñas, jóvenes y mujeres es el tipo de violación más generalizada, extendida tanto al ámbito privado, como el público y el político. Socialmente, la violencia de género es la más tolerada y ejercida con gran impunidad legal. Según el PNUD (2005), la violencia de género mata y discapacita a tantas mujeres como el cáncer.
10. Que las políticas de género no están atendiendo a los procesos de socialización masculina, a través de la cual se generan impactos en el ejercicio de la sexualidad, la paternidad y el propio ejercicio de la violencia, determinando necesidades y desigualdades que afectan a los hombres de manera particular.
11. Que las reivindicaciones y logros del movimiento feminista no son suficientes para alcanzar la justicia social y la equidad de género, haciéndose necesaria la involucración masculina en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, y el fortalecimiento de la cohesión social y la gobernabilidad democrática.
12. Que las recomendaciones emanadas de las conferencias mundiales de las mujeres y sus plataformas, así como los Objetivos del Milenio, si bien han contribuido en importantes avances para el desarrollo y empoderamiento de las mujeres y la conciencia social, no se traduce en un compromiso efectivo ni prioritario por parte de los Estados parte, relegando las políticas de género de sus agendas y presupuestos.
LA CUMBRE IBEROAMERICANA SOBRE AGENDAS LOCALES DE GÉNERO: CONSTRUYENDO MODELOS PARA LA IGUALDAD RESUELVE:
ADOPTAR la presente Declaración, fruto de reflexiones y el sentir general de mujeres y hombres municipalistas convocados en el marco de esta Cumbre.
INVITAR a los y las municipalistas, a las asociaciones de municipios, asociaciones de mujeres y de hombres comprometidos con la igualdad, a los mecanismos de género y gobiernos locales iberoamericanos a adherirse a la presente Declaración, y a promover acciones concretas tendentes a hacer efectivos los principios, valores y postulados contenidos en la misma.
LA CIUDAD INCLUSIVA: LA NECESIDAD DE REPENSAR LAS CIUDADES DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
PRIMERO: Garantizar el Derecho a la Ciudad por parte de mujeres y hombres
El reconocimiento y respeto a la diversidad, la equidad, la justicia y la igualdad de derechos para todos y todas, son los principios sobre los cuales las ciudades deben ser repensadas; mientras que los gobiernos locales constituyen el eslabón primario para la protección y defensa de los derechos ciudadanos y el acceso igualitario a los bienes y servicios.
Los procesos de urbanización, función social y desarrollo de las ciudades deben atender al usufructo equitativo de los ciudadanos y ciudadanas, por lo que las agendas locales deben observar y atender especialmente a las vulnerabilidades y desigualdades en torno al Derecho a la Ciudad producidas en razón de género, etnia, clase, edad, religión u orientación sexual.
SEGUNDO: Planificar las ciudades desde la perspectiva de género
Resulta insoslayable repensar las ciudades desde una perspectiva de género, sensible a las necesidades de mujeres y hombres, apartando la interpretación androcentrista del desarrollo que ha contribuido históricamente a la invisibilidad de las necesidades específicas de las mujeres.
La planificación urbana y territorial de las ciudades, así como el acceso a los bienes y servicios públicos, deben ser necesariamente considerados en relación a la distinta experimentación que tienen hombres y mujeres respecto al entorno y con atención a los diferentes intereses, de tal modo que la toma de decisiones y el diseño de las políticas territoriales y los servicios públicos estén orientados a favorecer la equidad.
TERCERO: Luchar contra toda forma de violencia de género
El flagelo de la violencia que según PNUD sufre una de cada tres mujeres, demanda acciones públicas y sociales inmediatas, tanto reactivas como proactivas.
Por un lado, la violencia doméstica debe traspasar la frontera del ámbito privado y debe ser asumida por gobiernos y sociedad como un asunto de carácter público. En este caso, actores locales, tanto políticos como sociales, deben propiciar estrategias preventivas de sensibilización, espacios y servicios de atención a las personas maltratadas, así como mecanismos garantes de la justicia.
Por otro lado, las mujeres se enfrentan en condiciones de mayor vulnerabilidad a la inseguridad ciudadana. Su exposición en el espacio público agudiza las ocasiones de agresión, acoso y violación, por lo que la planificación urbana, el trazado de las ciudades, los servicios de movilidad y la proximidad de los sistemas de seguridad, son determinantes para la prevención del delito.
UN PACTO LOCAL POR LA EQUIDAD DE GÉNERO:
CUARTO: Abanderar juntos, mujeres y hombres, la lucha por la equidad de género y la igualdad de oportunidades
Los hitos alcanzados por las reivindicaciones y lucha del movimiento feminista han puesto de relieve la incesante labor de las mujeres que han forjado un presente y una sociedad alerta a las desigualdades de género. Sin embargo, la persistencia de tales desigualdades y los desafíos aún pendientes demandan la suma de los varones en la búsqueda de la igualdad.
Es sustancial entonces la implicación y participación masculina, puesto que de otro modo las brechas de género existentes difícilmente serán reducidas, en tanto no sean compartidas las relaciones de poder –políticas, económicas, sociales y familiares-, las oportunidades, así como las responsabilidades domésticas.
En este sentido, la democracia debe ser ampliada y entendida desde el enfoque de género, abierta al diálogo entre hombres y mujeres, sustentando el reconocimiento equilibrado como hacedores del desarrollo y como premisa para la configuración de relaciones más igualitarias.
QUINTO: Democracia de género y responsabilidades sociales por un nuevo pacto local
La democracia de género exige el compromiso de todos los actores sociales para un nuevo pacto local sensible a la igualdad entre hombres y mujeres.
Los gobiernos locales y otras instancias públicas tienen la gran responsabilidad de promover sociedades justas, abrir espacios y oportunidades en condiciones de igualdad, propiciando acciones de protección y desarrollo de las personas más vulnerables y desfavorecidas.
Las organizaciones sociales tienen como reto contribuir y velar por el desarrollo basado en valores democráticos de equidad. El compromiso social por parte del sector privado es fundamental para allanar las desigualdades y discriminaciones por razones de género.
Partidos políticos, medios de comunicación e instituciones académicas deben asumir un contrato social tendiente a promover el empoderamiento femenino con el propósito de
alcanzar cuotas equilibradas de participación, reconocimiento y desarrollo. Los órganos legislativos y judiciales deben constituirse, en este sentido, como los garantes del acceso y ejercicio de los derechos humanos, sociales, políticos, económicos y culturales, de mujeres y hombres.
Las familias, por su parte, deben asumir el compromiso de reproducir estilos de vida y relaciones más igualitarias y justas.
Resulta ineludible generar el compromiso de todos los actores sociales a favor de la equidad de género a partir de una visión más amplia sobre la participación de hombres y mujeres en el desarrollo, lo que sin dudas contribuiría a fortalecer una mayor cohesión social.
SEXTO: Incorporar la transversalidad de género en el diseño y ejecución de todas las políticas públicas
El desarrollo no puede ser entendido si la mitad de las poblaciones no accede de manera equilibrada a los beneficios que reporta, y, en este sentido, el enfoque de género supondrá impactos efectivos en la medida que sea transversal a todas las políticas públicas.
Resulta importante subrayar la importancia de transformar los procesos políticos e institucionales para que sean realmente propulsores de la igualdad de género en todas las instancias del diseño y ejecución de las políticas públicas, a la luz de un enfoque holístico del desarrollo humano.
CIUDADANÍA PLENA Y GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA COMO METAS DE INCLUSIÓN Y EQUIDAD
Séptimo: Fomentar la profundización de la ciudadanía femenina como premisa para el perfeccionamiento de la democracia
Las ciudades suponen para millones de mujeres un nudo crítico para el ejercicio de sus derechos ciudadanos, restringido por su segregación al ámbito privado y la infravaloración del rol que juegan las mujeres en el desarrollo mediante del aporte económico que se desprende a partir de la producción de bienes y servicios en la esfera privada, así como su contribución comunitaria a través de la participación social; aportaciones no remuneradas en cualquier caso.
Acelerar la total integración de las mujeres en los procesos de desarrollo es elemental para el ejercicio pleno de la ciudadanía y el perfeccionamiento democrático. Su participación en los espacios públicos y políticos abre las vías para agenciar sus intereses e inquietudes, favoreciendo asimismo sus capacidades de liderazgo y su posicionamiento en los espacios de poder y toma de decisiones.
Octavo: Eliminar las barreras que obstaculizan la incorporación y permanencia de las mujeres en el poder local
Los sesgos evidenciados en la distribución de la representación política en el nivel local advierten que no existe igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Las múltiples barreras personales y estructurales que las mujeres enfrentan suponen su subrepresentación en la esfera política, y
Partidos políticos y gobiernos locales deben asumir como reto un mayor empoderamiento femenino, contribuyendo al allanamiento de las desigualdades de género que a partir del ámbito privado limitan las posibilidades de participar activamente en la arena política, facilitando mecanismos de capacitación para el liderazgo, velando por el cumplimiento y efectividad de los sistemas de cuotas, propiciando la dirigencia femenina en las élites partidistas, evitando la transferencia de los estereotipos de género a la función pública, penalizando toda forma de acoso y violencia política en razón de género, entre otras medidas que tiendan a facilitar el equilibrio representativo en el poder local.
Noveno: Promover la institucionalidad de género en las agendas locales
El logro de la equidad de género será factible en la medida en que las instituciones públicas, y en este caso los gobiernos locales, asuman el compromiso por velar y garantizar los derechos de mujeres y hombres. Compromiso que será efectivo en tanto se constituyan mecanismos de género interdisciplinarios, jerarquizados políticamente y con presupuestos suficientes para desarrollar acciones encaminadas a incidir en las diferentes estructuras de gobierno para generar la toma de decisiones políticas con criterios de igualdad, y así por fin corregir las injusticias que afectan a niñas y mujeres en particular.
Décimo: Promover la construcción social de la paridad entre mujeres y hombres
La CEPAL (2007:4) advierte: “La paridad, más que un concepto cuantitativo, es la expresión de la redistribución del poder en tres ámbitos específicos: el mercado de trabajo, la toma de decisiones y la vida familiar”.
La dicotomía entre lo femenino y lo masculino, lo público y lo privado, el aporte productivo y el reproductivo, nos emplaza como ciudadanos y ciudadanas a un ineludible contrato social en el que las interrelaciones entre una frontera y otra sean compartidas de manera equitativa entre hombres y mujeres.
DECLARACIÓN FINAL
Por lo expuesto, animamos a los gobiernos locales a que impulsen una construcción social de la ciudad concordante con las propuestas contenidas en esta DECLARACIÓN DE CÓRDOBA, e invitamos a la sociedad civil a involucrarse en esta misión de propiciar ciudades en las que convivan mujeres y hombres, complementándose desde las diferencias y enriqueciendo la democracia local. Sólo así podrá lograrse la anhelada equidad de género.
Más información: http://www.uimunicipalistas.org/cumbrecordoba/
Córdoba – Argentina, 3,4 y 5 de noviembre de 2011.
La Cumbre Iberoamericana sobre Agendas Locales de Género está concebida como un foro a partir del cual promover la construcción de nuevos modelos de ciudad, desde una visión de justicia y equidad de género como premisa para el desarrollo local.
El objeto es generar un espacio para el diálogo, reflexión, debate e intercambio de conocimientos y experiencias entre autoridades locales, técnicos/as, funcionarios/as municipales, comunicadores/as, investigadores/as y responsables de los mecanismos de género y de agencias de cooperación de Iberoamérica, a fin de fomentar la incorporación del enfoque de género en las agendas públicas locales mediante la concienciación social y el compromiso político para con la equidad.
El fin último de la Cumbre Iberoamericana se dirige a propiciar modelos de gestión, potencialmente transferibles, a partir del fortalecimiento de la capacidad de diálogo, negociación y concertación entre los gobiernos locales y la sociedad civil para la formulación de agendas públicas locales sensibles a la equidad de género.
Organizan:
Secretaría de Inclusión Social y Equidad de Género del Gobierno de la Provincia de Córdoba
Unión Iberoamericana de Municipalistas
Universidad Internacional Menéndez Pelayo
Borrador de Declaración sometida a debate hasta el 15 de octubre de 2011.
DECLARACIÓN DE CÓRDOBA
AGENDAS LOCALES DE GÉNERO: CONSTRUYENDO MODELOS PARA LA IGUALDAD
(BORRADOR)
Las mujeres y hombres municipalistas, en el marco de la Cumbre Iberoamericana Agendas Locales de Género: Construyendo modelos para la igualdad, celebrada en Córdoba, Argentina, los días 3, 4 y 5 de noviembre de 2011
CONSIDERANDO:
1. Que según el Índice de Equidad de Género (IEG) (Social Watch: 2005), y aún cuando la situación ha mejorado en la última década, en ningún país las mujeres disfrutan de las mismas oportunidades que los varones.
2. Que la discriminación y la pobreza femenina vulnera el libre acceso y ejercicio de sus derechos humanos, económicos, políticos, sociales y civiles, e incluso sus derechos sexuales y reproductivos. Y junto a ello, las mujeres sufren de múltiple discriminación según su raza, etnia, cultura, clase, orientación sexual y edad.
3. Que la erradicación de la pobreza no está siendo afrontada desde un análisis de género, en tanto la feminización de la pobreza supone la cronicidad de este flagelo para 840 millones de mujeres en todo el mundo.
4. Que la salud y la educación siguen siendo derechos limitados para millones de mujeres, en tanto el acceso tiende a reproducir los roles estereotipados de género relacionados a su papel reproductor y maternal, repercutiendo negativamente en su posición social y vital.
5. Que si bien se ha registrado un gradual incremento de la inserción femenina en el mercado laboral, las mujeres sufren una grave discriminación respecto a los derechos laborales. La segregación laboral según el sexo determina discriminaciones salariales, jornadas laborales extendidas, mayores tasas de desempleo, sobre-representación en la economía informal, inestabilidad, inseguridad y precariedad laboral.
6. Que el trabajo realizado por la mayoría de las mujeres al interior de la esfera privada es generalmente no remunerado y socialmente no reconocido, reafirmado así la invisibilidad de su contribución a los valores de producción económica nacional. Junto a ello, la responsabilidad casi exclusiva por parte de las mujeres sobre las labores domésticas condiciona su inserción laboral y provoca por otro lado el ejercicio de dobles o triples jornadas de trabajo.
7. Que los patrones culturales patriarcales han determinado la división sexual del trabajo, extendiendo entre las mujeres el rol destinado a la reproducción, el cuidado y la protección de las personas dependientes, lo que ha definido el confinamiento de éstas al ámbito doméstico, y en consecuencia, su exclusión del ámbito público.
8. Que la participación ciudadana de las mujeres es mayoritariamente social y excepcionalmente política, con inexistente o escaso poder en los espacios de toma de decisiones. La sub-representación femenina en el plano político contribuye a que la comprensión de las problemáticas y la definición de las políticas públicas continúe siendo vistas desde una
perspectiva androcentrista, dando lugar a la persistencia de la invisibilidad de las necesidades específicas de las mujeres.
9. Que la violencia de género contra niñas, jóvenes y mujeres es el tipo de violación más generalizada, extendida tanto al ámbito privado, como el público y el político. Socialmente, la violencia de género es la más tolerada y ejercida con gran impunidad legal. Según el PNUD (2005), la violencia de género mata y discapacita a tantas mujeres como el cáncer.
10. Que las políticas de género no están atendiendo a los procesos de socialización masculina, a través de la cual se generan impactos en el ejercicio de la sexualidad, la paternidad y el propio ejercicio de la violencia, determinando necesidades y desigualdades que afectan a los hombres de manera particular.
11. Que las reivindicaciones y logros del movimiento feminista no son suficientes para alcanzar la justicia social y la equidad de género, haciéndose necesaria la involucración masculina en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, y el fortalecimiento de la cohesión social y la gobernabilidad democrática.
12. Que las recomendaciones emanadas de las conferencias mundiales de las mujeres y sus plataformas, así como los Objetivos del Milenio, si bien han contribuido en importantes avances para el desarrollo y empoderamiento de las mujeres y la conciencia social, no se traduce en un compromiso efectivo ni prioritario por parte de los Estados parte, relegando las políticas de género de sus agendas y presupuestos.
LA CUMBRE IBEROAMERICANA SOBRE AGENDAS LOCALES DE GÉNERO: CONSTRUYENDO MODELOS PARA LA IGUALDAD RESUELVE:
ADOPTAR la presente Declaración, fruto de reflexiones y el sentir general de mujeres y hombres municipalistas convocados en el marco de esta Cumbre.
INVITAR a los y las municipalistas, a las asociaciones de municipios, asociaciones de mujeres y de hombres comprometidos con la igualdad, a los mecanismos de género y gobiernos locales iberoamericanos a adherirse a la presente Declaración, y a promover acciones concretas tendentes a hacer efectivos los principios, valores y postulados contenidos en la misma.
LA CIUDAD INCLUSIVA: LA NECESIDAD DE REPENSAR LAS CIUDADES DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
PRIMERO: Garantizar el Derecho a la Ciudad por parte de mujeres y hombres
El reconocimiento y respeto a la diversidad, la equidad, la justicia y la igualdad de derechos para todos y todas, son los principios sobre los cuales las ciudades deben ser repensadas; mientras que los gobiernos locales constituyen el eslabón primario para la protección y defensa de los derechos ciudadanos y el acceso igualitario a los bienes y servicios.
Los procesos de urbanización, función social y desarrollo de las ciudades deben atender al usufructo equitativo de los ciudadanos y ciudadanas, por lo que las agendas locales deben observar y atender especialmente a las vulnerabilidades y desigualdades en torno al Derecho a la Ciudad producidas en razón de género, etnia, clase, edad, religión u orientación sexual.
SEGUNDO: Planificar las ciudades desde la perspectiva de género
Resulta insoslayable repensar las ciudades desde una perspectiva de género, sensible a las necesidades de mujeres y hombres, apartando la interpretación androcentrista del desarrollo que ha contribuido históricamente a la invisibilidad de las necesidades específicas de las mujeres.
La planificación urbana y territorial de las ciudades, así como el acceso a los bienes y servicios públicos, deben ser necesariamente considerados en relación a la distinta experimentación que tienen hombres y mujeres respecto al entorno y con atención a los diferentes intereses, de tal modo que la toma de decisiones y el diseño de las políticas territoriales y los servicios públicos estén orientados a favorecer la equidad.
TERCERO: Luchar contra toda forma de violencia de género
El flagelo de la violencia que según PNUD sufre una de cada tres mujeres, demanda acciones públicas y sociales inmediatas, tanto reactivas como proactivas.
Por un lado, la violencia doméstica debe traspasar la frontera del ámbito privado y debe ser asumida por gobiernos y sociedad como un asunto de carácter público. En este caso, actores locales, tanto políticos como sociales, deben propiciar estrategias preventivas de sensibilización, espacios y servicios de atención a las personas maltratadas, así como mecanismos garantes de la justicia.
Por otro lado, las mujeres se enfrentan en condiciones de mayor vulnerabilidad a la inseguridad ciudadana. Su exposición en el espacio público agudiza las ocasiones de agresión, acoso y violación, por lo que la planificación urbana, el trazado de las ciudades, los servicios de movilidad y la proximidad de los sistemas de seguridad, son determinantes para la prevención del delito.
UN PACTO LOCAL POR LA EQUIDAD DE GÉNERO:
CUARTO: Abanderar juntos, mujeres y hombres, la lucha por la equidad de género y la igualdad de oportunidades
Los hitos alcanzados por las reivindicaciones y lucha del movimiento feminista han puesto de relieve la incesante labor de las mujeres que han forjado un presente y una sociedad alerta a las desigualdades de género. Sin embargo, la persistencia de tales desigualdades y los desafíos aún pendientes demandan la suma de los varones en la búsqueda de la igualdad.
Es sustancial entonces la implicación y participación masculina, puesto que de otro modo las brechas de género existentes difícilmente serán reducidas, en tanto no sean compartidas las relaciones de poder –políticas, económicas, sociales y familiares-, las oportunidades, así como las responsabilidades domésticas.
En este sentido, la democracia debe ser ampliada y entendida desde el enfoque de género, abierta al diálogo entre hombres y mujeres, sustentando el reconocimiento equilibrado como hacedores del desarrollo y como premisa para la configuración de relaciones más igualitarias.
QUINTO: Democracia de género y responsabilidades sociales por un nuevo pacto local
La democracia de género exige el compromiso de todos los actores sociales para un nuevo pacto local sensible a la igualdad entre hombres y mujeres.
Los gobiernos locales y otras instancias públicas tienen la gran responsabilidad de promover sociedades justas, abrir espacios y oportunidades en condiciones de igualdad, propiciando acciones de protección y desarrollo de las personas más vulnerables y desfavorecidas.
Las organizaciones sociales tienen como reto contribuir y velar por el desarrollo basado en valores democráticos de equidad. El compromiso social por parte del sector privado es fundamental para allanar las desigualdades y discriminaciones por razones de género.
Partidos políticos, medios de comunicación e instituciones académicas deben asumir un contrato social tendiente a promover el empoderamiento femenino con el propósito de
alcanzar cuotas equilibradas de participación, reconocimiento y desarrollo. Los órganos legislativos y judiciales deben constituirse, en este sentido, como los garantes del acceso y ejercicio de los derechos humanos, sociales, políticos, económicos y culturales, de mujeres y hombres.
Las familias, por su parte, deben asumir el compromiso de reproducir estilos de vida y relaciones más igualitarias y justas.
Resulta ineludible generar el compromiso de todos los actores sociales a favor de la equidad de género a partir de una visión más amplia sobre la participación de hombres y mujeres en el desarrollo, lo que sin dudas contribuiría a fortalecer una mayor cohesión social.
SEXTO: Incorporar la transversalidad de género en el diseño y ejecución de todas las políticas públicas
El desarrollo no puede ser entendido si la mitad de las poblaciones no accede de manera equilibrada a los beneficios que reporta, y, en este sentido, el enfoque de género supondrá impactos efectivos en la medida que sea transversal a todas las políticas públicas.
Resulta importante subrayar la importancia de transformar los procesos políticos e institucionales para que sean realmente propulsores de la igualdad de género en todas las instancias del diseño y ejecución de las políticas públicas, a la luz de un enfoque holístico del desarrollo humano.
CIUDADANÍA PLENA Y GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA COMO METAS DE INCLUSIÓN Y EQUIDAD
Séptimo: Fomentar la profundización de la ciudadanía femenina como premisa para el perfeccionamiento de la democracia
Las ciudades suponen para millones de mujeres un nudo crítico para el ejercicio de sus derechos ciudadanos, restringido por su segregación al ámbito privado y la infravaloración del rol que juegan las mujeres en el desarrollo mediante del aporte económico que se desprende a partir de la producción de bienes y servicios en la esfera privada, así como su contribución comunitaria a través de la participación social; aportaciones no remuneradas en cualquier caso.
Acelerar la total integración de las mujeres en los procesos de desarrollo es elemental para el ejercicio pleno de la ciudadanía y el perfeccionamiento democrático. Su participación en los espacios públicos y políticos abre las vías para agenciar sus intereses e inquietudes, favoreciendo asimismo sus capacidades de liderazgo y su posicionamiento en los espacios de poder y toma de decisiones.
Octavo: Eliminar las barreras que obstaculizan la incorporación y permanencia de las mujeres en el poder local
Los sesgos evidenciados en la distribución de la representación política en el nivel local advierten que no existe igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Las múltiples barreras personales y estructurales que las mujeres enfrentan suponen su subrepresentación en la esfera política, y
Partidos políticos y gobiernos locales deben asumir como reto un mayor empoderamiento femenino, contribuyendo al allanamiento de las desigualdades de género que a partir del ámbito privado limitan las posibilidades de participar activamente en la arena política, facilitando mecanismos de capacitación para el liderazgo, velando por el cumplimiento y efectividad de los sistemas de cuotas, propiciando la dirigencia femenina en las élites partidistas, evitando la transferencia de los estereotipos de género a la función pública, penalizando toda forma de acoso y violencia política en razón de género, entre otras medidas que tiendan a facilitar el equilibrio representativo en el poder local.
Noveno: Promover la institucionalidad de género en las agendas locales
El logro de la equidad de género será factible en la medida en que las instituciones públicas, y en este caso los gobiernos locales, asuman el compromiso por velar y garantizar los derechos de mujeres y hombres. Compromiso que será efectivo en tanto se constituyan mecanismos de género interdisciplinarios, jerarquizados políticamente y con presupuestos suficientes para desarrollar acciones encaminadas a incidir en las diferentes estructuras de gobierno para generar la toma de decisiones políticas con criterios de igualdad, y así por fin corregir las injusticias que afectan a niñas y mujeres en particular.
Décimo: Promover la construcción social de la paridad entre mujeres y hombres
La CEPAL (2007:4) advierte: “La paridad, más que un concepto cuantitativo, es la expresión de la redistribución del poder en tres ámbitos específicos: el mercado de trabajo, la toma de decisiones y la vida familiar”.
La dicotomía entre lo femenino y lo masculino, lo público y lo privado, el aporte productivo y el reproductivo, nos emplaza como ciudadanos y ciudadanas a un ineludible contrato social en el que las interrelaciones entre una frontera y otra sean compartidas de manera equitativa entre hombres y mujeres.
DECLARACIÓN FINAL
Por lo expuesto, animamos a los gobiernos locales a que impulsen una construcción social de la ciudad concordante con las propuestas contenidas en esta DECLARACIÓN DE CÓRDOBA, e invitamos a la sociedad civil a involucrarse en esta misión de propiciar ciudades en las que convivan mujeres y hombres, complementándose desde las diferencias y enriqueciendo la democracia local. Sólo así podrá lograrse la anhelada equidad de género.
Más información: http://www.uimunicipalistas.org/cumbrecordoba/
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