lunes, 15 de junio de 2009

Ecos del IX congreso Iberoamericano

Reflexiones tras el IX Congreso Iberoamericano de Municipalistas UIM celebrado en Montevideo.




Por Sergio Pérez Rozzi

Con la pretensión de continuar aportando ideas al debate impostergable de un tema central, en un contexto crucial.


El lema de nuestro IX Congreso fue Seguridad vs Integración social en las ciudades ¿un binomio irreconciliable?
Si reflexionamos en la propuesta provocadora de economistas como el premio Nobel Amartya Sen, quién desde hace mucho tiempo nos plantea que “Desarrollo y Libertad” no pueden ir por andariveles distintos, pensando a las libertades en su acepción más amplia (¿cuál sino?), creo que nuestro congreso, alumbró el camino para que transitemos hacia esas utopías.
Alcanzar ese objetivo requiere; convicción; decisión política; método y altas dosis de competencias para lograrlo. Debemos hacerlo, como bien dice la declaración del reciente Congreso, pues ya no hay más margen.

¿Pero cómo hacerlo?
Mi preocupación es ¿cómo dar pelea contra las soluciones simplistas y los planteos efectistas? Claro que el camino es más complejo; lento y duro.
Una propuesta sería comenzar a definir Agendas concertadas para el Desarrollo, como máxima expresión de la gobernanza territorial, con proyectos concretos de cara al futuro, pero con la advertencia de que el futuro también es hoy.

¿Qué es una Agenda para el Desarrollo de un territorio?
Es una herramienta en la que se plasman los más importantes programas; proyectos y acciones, con sus tiempos; costos y responsables de ejecución, que los actores y agentes (instituciones) de una comunidad, acuerdan como sustanciales para el desarrollo local, más allá de los cambios que se irán produciendo a través del tiempo, en las conducciones de las instituciones que la componen.
Esa agenda se elabora desde una lógica de apropiación; pertinencia y permanencia en el tiempo (lo que solíamos llamar, políticas de Estado).
Nuestra América Latina atravesó durante los últimos años, por momentos singulares en materia de crecimiento económico. Si bien es cierto que el crecimiento del PBI ha sido sostenido hasta meses atrás, en muchos de nuestros países, se han abatido nubarrones cada vez más oscuros en nuestro horizonte, que parecen profundizarse acunados en el seno del la crisis financiera global, y lo que es peor aún, seguimos dilapidando oportunidades para traducir ese crecimiento del PBI, en insumo fundamental (aunque no el único necesario) para el desarrollo que, como sabemos, son cosas muy distintas, pues el primero por si solo, no asegura al segundo.

¿Los momentos de crisis son ideales para planificar? ¿Para qué se debe planificar?
Se planifica porque los recursos disponibles en un territorio son limitados, es decir, finitos. La idea entonces, es optimizar los mismos a través del tiempo (más allá de los gobiernos de turno), para lo cual se requiere concertar entre las instituciones de cada territorio, para que el impacto sea más contundente, y minimizar los conflictos (que también tienen sus costos, como sabemos) y para ello hay que discutir; “negociar” y concertar, entre los distintos actores que hacen al desarrollo en una comunidad.

¿Por qué?
Hoy como sabemos, las ciudades que pretendan insertarse en el contexto global, donde se impone la “lógica” de los territorios competitivos, donde reina la “sociedad del conocimiento”, deben contar con agilidad suficiente como para adaptarse al vértigo de los cambios impuestos por las nuevas tecnologías en materias diversas. Ni que hablar cuando hay oportunidades como la que mayormente desperdiciamos en los últimos años, o ahora, cuando hay una crisis brutal que nos afecta y afectará profundamente.

A nivel de los países de la región ¿se puede hacer algo? ¿En las Provincias / Estados / Departamentos? ¿En el Municipio?
Dejaré de lado a los dos niveles superiores del Estado, para otra ocasión, pero sí me concentraré en los territorios locales, en nuestros ámbitos de trabajo, “el Municipio“.
La respuesta es, que no solo se puede hacer algo, sino que es imprescindible hacerlo, y urgentemente.
Las nuevas teorías sobre el desarrollo local / regional, surgidas (entre otras cuestiones) a partir de la ruptura del paradigma del empleo, indican que el desarrollo debe surgir de abajo hacia arriba (aunque tengo alguna discrepancia al respecto, que por ahora me reservaré pues no es objeto de este artículo), que debe ser endógeno al territorio, que los actores locales deben ser los artífices del mismo. Esto de ninguna manera implica que los Estados centrales, y las instancias intermedias (provincias / estados), deban desentenderse definitivamente de la cuestión, más bien todo lo contrario. En esos casos deberán accionar para contribuir a disparar los procesos en los territorios donde no haya las competencias suficientes.

No es el caso de algunos municipios latinoamericanos, seguramente pocos aún, que han ido evolucionando, en muchos casos gracias a la UIM, y al mérito propio, pero aún hay un gran número que lo tienen pendiente. Esos municipios ¿Poseen una estrategia de desarrollo real?
¿Cuál es? ¿hicieron ejercicios de planificación en los últimos años? ¿Se convocó a universidades; partidos políticos; actores económicos; sociales; ambientales; referentes de la cultura; investigadores; pensadores; referentes territoriales; sociólogos; filósofos; etc?
La respuesta se ha ido tiñendo de un NO, que temo se agigante, si no actuamos firmemente.

“La Nueva Agenda para el Desarrollo en los Municipios Latinoamericanos”, debería ser producto de un trabajo que realicen las instituciones agrupadas en un ámbito o espacio común, en aras del empoderamiento del proyecto por parte de nuestras sociedades, pues no podemos darnos el lujo de dilapidar recursos; técnicos; humanos; económicos; sociales; sinergéticos; institucionales; etc.

La complejidad del mundo actual, no puede ser decodificada solo por un dirigente o grupo de dirigentes. Insisto, el abordaje debe ser holístico y requiere de la multiplicidad de actores, desde una concepción aglutinante, me refiero a sumar a las instituciones de la sociedad civil ligadas al desarrollo, para que aporten su conocimiento al servicio de estas nuevas lógicas, en cuestiones claves, como la de la Universidad, por citar un solo ejemplo, para rediscutir su formato en relación a la estrategia local y regional de desarrollo. A partir del Congreso de Montevideo, donde “seguridad e integración social hacen al verdadero desarrollo” y ya en “el día después“ como advertía en mi anterior nota, los municipalistas tuvimos cosas para decir al respecto, pero sobretodo tenemos mucha tarea por HACER.

En definitiva, se trata del futuro de quienes habitamos y de quienes habitarán nuestro territorio, pero sobre todo, se trata de nuestro presente, pues solemos encandilarnos con el discurso que nos insta a ser más competitivos, pero creo que debemos aportar nuestras mejores energías en trabajar en ser cada vez más competentes.



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